El club taurino “Finito de Córdoba Tauromaquia” continua por este medio,
al servicio de todos los aficionados a la fiesta nacional, que tengan especial
atención por nuestro torero, y por la tauromaquia cordobesa.
Fundado oficialmente el 27 de Abril del 1993, por los Srs. D. Manuel Cuevas y
D. Manuel Varona, solo contaba con 25 socios, hoy su censo, tiene alcance
nacional y es próximo a los 170, su objetivo definitorio es enaltecer a su
titular y a todo lo concerniente a la Córdoba torera. La
tauromaquia de Juan Serrano bien merece, no solo el nombre
de un club, si no |
además todo un tratado, por ello en sus diez años de alternativa, este
club editó un libro, en el que su parte fundamental, era el análisis de la
misma.
Desde sus principios de novillero marcó silenciosamente pauta, que ha sido
imitada, por todos, pero sin conseguir la hondura, la plasticidad, la técnica,
la completa belleza, que en definitiva, hace que su toreo pase del canon de la
perpetuidad para entrar en el de la eternidad, cuando esto sucede de una forma
discreta, sin alborotos, sin excentricidades, y lo que es mas importante, sin
prebendas ni marketing, es por que se tiene además otra virtud suprema: la
confianza en la obra realizada, esto de por si mismo, es de tal importancia que
difícilmente se practica, y es que cuando la obra supera al autor, llega a no
necesitar del mismo. Diriase que ello es la desmitificación del mito profano y
absurdo, por que, lo que |
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es realmente valioso, es el reconocimiento leal, a la labor realizada,
sin usufructuarla.
La nuestra, se ciñe al análisis de nuestro titular, sin comparaciones y mucho
menos sin calificaciones de otros toreros actuales, pero lo cierto es que hay
que realizar análisis para sacar estas conclusiones, donde el objetivismo y la
imparcialidad sea la base de las mismas.
Nuestra videoteca atesora las razones de una tauromaquia fundamental,
verdadera, y preñada de belleza, que invalida cualquier objeción, y donde puede
estudiarse la evolución del toreo verdadero en estos tiempos fundamentado en
los más prístinos principios del clasicismo. |

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